El vórtice polar troposférico comenzará a debilitarse en las próximas semanas y permanecerá muy fragmentado durante la primavera.
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En el momento de escribir este artículo el invierno meteorológico apura sus últimos días “secuestrado” en tierra de nadie, con un patrón que parece el guión de la película del “el día de la marmota”. Las salidas de los modelos numéricos mostraban hasta hace poco altas presiones en modo bucle, hasta el punto de provocar la sensación de que aunque no viésemos la siguiente actualización, no nos perderíamos ninguna novedad.
Estoy convencido de que algunas personas que hacen pronósticos se han sentido como yo extraños durante este invierno. Personalmente he tenido la percepción de que la transición al invierno (otoño) ha ido bien, con una configuración bastante aproximada al guión que esperaba, sobre todo en la mitad Norte y Mediterráneo. Pero a mediados de diciembre el invierno meteorológico (dic-feb) que había comenzado con lluvias fuertes e inundaciones, fue “secuestrado” de forma abrupta. Dejemos a un lado la borrasca Gloria.
Un vórtice polar troposférico que se pasó la mayor parte del otoño fragmentado, con unos índices de AO y NAO con tendencias negativas recurrentes, evolucionó a un fortalecimiento junto con su hermano el vórtice polar estratosférico, que pasará a la historia no solo por su fortaleza, sino por el tiempo que ha permanecido robusto. Algunos Calentamientos Súbitos Estratosféricos intentaron desestabilizar el vórtice, pero no pudieron con semejante maquinaria bien engranada y acoplada, que se ha pasado el invierno girando a toda máquina sin muestras de fatiga.
La configuración del otoño permitía que el aire frío llegará a nuestras latitudes con mayor facilidad, lo que favoreció la gestación de bajas presiones. La del invierno ha sido muy distinta, con el gran guardián del aire frío (vórtice polar) que lo ha comprimido bien en latitudes altas, con consecuencias positivas, como el aumento de la cobertura de hielo marino con respecto a los últimos años.
Una vórtice polar muy fuerte
El vórtice polar lo podemos ver como una enorme peonza que gira a gran velocidad impulsada por los contrastes térmicos entre latitudes altas, más frías y bajas, más cálidas. En los meses menor radiación solar en el Hemisferio Norte (invierno), con noche perpetua en el polo, el aire frío es mucho mayor, por lo que las diferencias térmicas se acentúan. Es por este motivo por el que el vórtice polar estratosférico se fortalece y gira a toda máquina.
Bien, este invierno la peonza (vórtice polar estratosférico), ha estado como una vela. Girando muy fuerte y robusto. Hemos tenido intentos de desestabilizarlo (Calentamientos súbitos estratosféricos), -el amigo que pone el dedo para intentar tirar la peonza- pero no han sido suficientes y el vórtice ha conseguido aguantar y seguir girando estable. Esto ha mantenido la maquinaria del vórtice polar estratosférico y troposférico bien acopladas, confinando el aire frío en latitudes altas.
Esa gigantesca “peonza” que gira estable a gran velocidad, va perdiendo fuerza con la llegada de la primavera, por el simple hecho de que la radiación solar va aumentando en el Hemisferio Norte y por ende, la temperatura sube. Al suceder esto, la diferencia o contraste térmico entre latitudes altas y bajas disminuye, lo que va debilitando el vórtice polar, tanto el troposférico, como el estratosférico, que llega a desaparecer en los meses más cálidos.
Cuando una peonza pierde energía en el giro, comienza a perder estabilidad y amplificar sus movimientos ondulados y erráticos.
Es un forzamiento que modifica la inercia atmosférica a gran escala, ralentizando los movimientos tan vigorosos que han mantenido la peonza como una vela y aumentando las probabilidades de que se produzcan cambios en la dinámica actual de bloqueo. En ocasiones sucede de forma progresiva, como muchos análisis actuales apuntan para este año y en otras de forma abrupta. Personalmente creo que sucederá de forma abrupta, no solo por lo mencionado.
La extensión del hielo marino del Ártico que mencionamos que estaba en los valores más altos de los últimos 10 años, ya ha comenzado a frenarse en seco como podemos ver en el siguiente gráfico.
Línea azul que muestra cómo se ha detenido la progresión.
En una maquinaria caótica e interconectada como la atmósfera, un sutil cambio puede desencadenar grandes modificaciones en la circulación a gran escala.
Muy bonito todo, pero ¿qué tiene que ver una peonza, con el tiempo que vamos a tener en primavera Rubén?
Simplemente he puesto este ejemplo para que entiendas que la dinámica atmosférica es es muy frágil y robusta al mismo tiempo. Un huracán categoría 5, puede venirse abajo en pocas horas, simplemente por pasar por una zona con vientos cortantes en altura, o por encima de tierra. A pesar de parecer lejano el debilitamiento del vórtice polar, creo que estamos acercándonos al final de su reinado histórico, que mantiene “secuestrado” el aire frío en el Ártico.
¿Qué va a suceder durante la primavera?
Como he dicho en el último artículo, no tengo la menor duda de que más pronto que tarde, pasaremos a la otra cara del Cambio Climático Abrupto con anomalías de signo contrario.
La actual configuración comienza a mostrar signos de “fatiga” en la recta final de febrero, con un progresivo debilitamiento de las altas presiones y un aumento de las pulsaciones de aire frío a latitudes medias. El vórtice polar troposférico se debilitará progresivamente en las próximas semanas, permitiendo que el aire frío acumulado descienda con mayor facilidad a zonas templadas, donde potenciará las precipitaciones al entrar en contacto con masas más cálidas y húmedas.
Esta es la forma redondeada y más compacta y estable que tiene el Vórtice Polar Troposférico en estos momentos.
Y esta otra la que ya comienza a dibujar el GFS para finales de mes, más desestabilizado con bordes más asimétricos. Síntomas de que comienza a desestabilizarse.
Al deformarse el vórtice polar troposférico, las masas de aire frío comienzan a descender a latitudes medias en forma de extensas pulsaciones de aire frío. Son los brazos que he marcado con las flechas azules.
El aumento de la radiación solar por estas fechas en el Hemisferio Norte contribuye a romper la dinámica de los vórtices polares, digo contribuir, porque son muchos más factores los que influyen, algunos que a día de hoy no conocemos bien, o directamente no conocemos. No siempre lo hace, pero La primavera suele ser muy “revoltosa” meteorológicamente hablando, por estos forzamientos que el aumento de la radiación solar provocan sobre la distribución de masas de aire y sus contrates.
Depende en buena medida de lo estable que permanezca el vórtice polar y los desalojos de aire frío que se produzcan al encuentro de las masas cada vez más cálidas. Recordemos que en nuestras latitudes, las bajas presiones se nutren del gradiente o contrate de masas.
Si se produce como creo un rápido debilitamiento del vórtice polar troposférico en las primeras semanas de marzo, el aire frío conseguirá alcanzarnos con facilidad, potenciando la inestabilidad.
Las precipitaciones estarán muy por encima de la media durante marzo y la primera quincena de Abril, sobre todo en el Oeste-Noroeste de la Península, para dar paso a una segunda quincena y mayo más variables, donde las tormentas serán las protagonistas.
En Canarias pueden aumentar las probabilidades de lluvia, sobre todo si se debilita el vórtice en la magnitud que espero y las pulsaciones consiguen llevar aire frío en altura cerca de las islas. Sobre todo en la primera mitad de la primavera.
Vientos
Los vientos serán importantes durante el mes de marzo y primera quincena de abril, cuando recibiremos un mayor impacto de bajas presiones. Serán vientos de diferentes componentes, pero sobre todo SW, W y N-NW. Durante la segunda mitad de la primavera los vientos serán menos generalizados, pero podrán seguir incidiendo en zonas expuestas y sobre todo, durante los eventos tormentosos, que serán muy frecuentes.
Temperaturas
Las temperaturas estarán por debajo de los valores medios durante marzo y la primera quincena de abril, siendo en su segunda mitad más variables, con cambios bruscos que nos llevarán del frío al calor en poco tiempo, pero prevaleciendo las temperaturas bajas. Mayo traerá los primeros calores del verano anticipados, sobre todo en su segunda mitad. Tendremos una primavera con contrastes muy marcados entre en Sur y el Norte de la Península. Durante el mes de mayo podemos tener eventos de calor en el Sur mientras en el Cantábrico los termómetros estén muy por debajo de la media.
Canarias también tendrá episodios de altas temperaturas en la recta final de la primavera.
Lunes 2 de Marzo de 2020.
Los pronósticos se han cumplido y el vórtice polar troposférico se ha debilitado, permitiendo que las pulsaciones de aire frío alcancen latitudes medias con más facilidad.
En España estamos recibiendo un patrón más propio del invierno que de la primavera meteorológica que acabamos de comenzar. Los temporales de lluvia y viento se están encadenando con buena parte de la Península en avisos de nivel naranja por vientos en el momento de escribir este artículo, además de otros avisos por nevadas y oleaje que no hemos visto apenas durante el invierno.
Esta situación se produce por la posición de una borrasca sobre Francia que interactúa con las altas presiones situadas al Suroeste de la Península. La diferencia de presión entre ambos centros de acción es muy importante, por lo que la madre naturaleza pone la maquinaría de compensación a toda vela en busca del equilibrio.
Nosotros estamos en medio de esta maquinaría y sentimos sus efectos en forma de vientos, que nos llegan desde latitudes más altas, por lo que además de un incremento de la inestabilidad, tenemos un acusado descenso de los termómetros con nevadas en los sistemas montañosos.
El resto de la semana seguiremos con la entrada de pulsaciones desde latitudes más altas, por lo que seguiremos con un patrón inestable, principalmente en la mitad Norte, con temperaturas por debajo de los valores medios en la mayor parte del país.
Se aprecia en el recorrido de las isobaras (muy juntas) una incidencia de los vientos, junto con una nueva canalización desde latitudes más altas responsable del descenso de los termómetros.
Anomalías térmicas previstas para el próximo viernes por el modelo GFS. Se aprecia en colores azules valores muy por debajo de la media para el comienzo de un mes de marzo.
Semana inestable por delante con un patrón muy próximo al del pronóstico estacional.
¿Qué podemos esperar a largo plazo?
Una vez establecido el patrón esperado, lo importante es saber si se va a mantener en el tiempo o por contra, volveremos a perder la influencia ciclónica sobre nuestras latitudes.
Observando los índices de NAO y AO, podríamos esperar que la próxima semana las altas presiones intenten ganar posiciones nuevamente, al tiempo que el vórtice polar se reorganiza. El que más apuesta por este escenario actualmente es el modelo GFS. Pero a mi juicio, creo que el vórtice polar no será capaz de organizarse y la incidencia anticiclónica será transitoria, con un patrón recurrente de bajas presiones e inestabilidad sobre la Península durante este mes de marzo.
Miércoles 18 de Marzo de 2020.
Los pronósticos se están cumpliendo y el vórtice polar troposférico no ha sido capaz de organizarse. Hemos tenido pulsaciones de aire frío que han dejado lluvias, chubascos, granizadas y nevadas en numerosos puntos del país.
En estos momentos estamos esperando la llegada de nuevas pulsaciones de inestabilidad que el próximo fin de semana dejarán lluvias y chubascos en amplias zonas del país.
A largo plazo el vórtice polar troposférico muestra claros signos de fragmentarse y alimentar un patrón muy próximo al pronóstico estacional para la primavera.
En las próximas semanas espero que las pulsaciones de inestabilidad sigan alcanzando nuestro país, con abundantes precipitaciones en la mayor parte de la geografía.
Los índices de NAO y sobre todo AO acompañan este escenario, con descensos muy marcado en el caso de esta última, que demuestran el rápido debilitamiento del vórtice polar troposférico.
Nos esperan por delante semanas de mucho dinamismo por nuestras latitudes, forzados por bloqueos en latitudes altas que han estado desaparecidos durante este “extraño invierno”.
Si todo va según lo previsto, este patrón se mantendrá hasta mediados de abril, cuando comenzaremos a ver un aumento de la influencia anticiclónica con las tormentas vespertinas tomando el relevo.
Martes 31 de Marzo de 2020
Los pronósticos se siguen cumpliendo y la evolución atmosférica nos ha traído nuevas pulsaciones de aire frío que dejan nevadas en cotas muy bajas, con registros térmicos que nos traen el invierno que no hemos tenido. Hemos visto la nieve en Madrid y en otras ciudades, con el blanco elemento en zonas muy poco frecuentes.
El vórtice polar troposférico se ha fragmentado tal y como estaba previsto y aunque los índices de NAO y AO les ha costado descender, finalmente han marcado valores negativos en el primer caso, y neutrales en el segundo. Ambos índices reflejan el descenso de masas de aire frío a latitudes medias que nos han dejado este aumento de la inestabilidad y nevadas.
¿Qué podemos esperar en las próximas semanas?
En las próximas semanas pasamos a un flujo de vientos desde latitudes más bajas, por lo que las temperaturas se van a ir recuperando incluso a valores por encima de la media.
Los índices de NAO y AO comienzan a ascender, lo que revela el ascenso de las masas de aire frío a latitudes más altas y un fortalecimiento de las altas presiones subtropicales.
Si todo sigue según lo previsto, a mediados de mes comenzaremos a ver un cambio de patrón, con las altas presiones ganado posiciones sobre la Península de una forma más contundente, lo que nos comenzará a dejar un ambiente más seco y soleado, aunque las tormentas pueden hacer acto de presencia, sobre todo por las tardes en zonas de montaña.
Algunos frentes van a afectar al Norte de la Península, pero como comento, según nos acerquemos a mediados de mes, la estabilidad comenzará a ganar terreno con un ambiente más seco.
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